De acuerdo con la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica y Estética (Isaps, por sus siglas en inglés), la población mexicana se encuentra entre los primeros cinco lugares en donde más cirugías plásticas se realizan, siendo una de ellas la rinoplastia.

Este procedimiento quirúrgico consiste en la intervención para modificar la forma de la nariz, aumentando o disminuyendo su tamaño; cambiando la forma de la punta o el dorso o estrechando los orificios nasales. Sin embargo, las razones estéticas no siempre son la principal causa para solicitar una rinoplastia. A veces, ésta se lleva a cabo que corregir problemas congénitos o respiratorios, así como debido a traumatismos.

Dependiendo de la complejidad de la intervención, ésta requerirá una corta hospitalización en la que la nariz y las zonas circundantes serán sedadas mientras se trabaja con el hueso para darle forma. Entre las molestias que se generan están la dificultad al respirar los primeros días, inflamación, moretones y sangrado.

Las principales consideraciones que se deben tener tras una cirugía de nariz son: reposo por al menos 10 días para lograr la recuperación total y limitar las actividades de alto impacto. Es importante destacar que los resultados finales de esta cirugía se verán hasta pasado un año.

¿Te interesa saber más de la rinoplastia y los requisitos para someterse a ella? Comunícate con el Dr. Carlos Adrián Ontiveros Garza, un experto cirujano plástico.

Con información de: La Jornada, Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética y MedlinePlus.